Cartas

CARTA DE ANA

Permíteme presentarme. Mi nombre, o como suelen llamarme los doctores es Anorexia, Anorexia Nerviosa es mi nombre completo pero tú puedes llamarme Ana. Espero que podamos ser grandes amigos. De ahora en delante voy a invertir mucho tiempo en ti y espero lo mismo de ti.
En el pasado debes de haber oído de tus maestros o tus parientes hablar de ti. Eres muy maduro, inteligente, posees mucho potencial. ¿A dónde has llegado? A ninguna parte. No eres perfecto, no te esfuerzas suficientemente tratando de serlo, pierdes más tiempo pensando y hablando con tus amigos. Esos actos de descuido no serán permitidos en el futuro.
Tus amigos no te entiendes. No son de confiar. En el pasado, cuando la inseguridad gano terreno en tu mente y les preguntabas, ¿me veo gorda? Y ellos contestaban, no claro que no, tu sabias que ellos estaban mintiendo. Solo yo te diré la verdad. Tus papas, sabes que te quieren y te cuidan pero eso es en parte porque son tus papas y están obligados a hacerlo. Te diré un secreto: por dentro ellos se sienten muy decepcionados de ti. Su hija, la que tenía mucho potencial, se ha convertido en una gorda, floja y una niña mal agradecida.
Pero yo voy a cambiar todo eso.
Espero mucho de ti. No tienes permitido comer mucho. Comenzará despacio; decreciendo la manera de comer, leyendo las etiquetas de nutrición en los productos, quitando toda la comida chatarra, frita etc. Al principio el ejercicio será simple: algo de correr quizás algunos abdominales y sentadillas, nada serio. Quizás pierdas algunos kilos, quitarás algo de esa lonja alrededor de tu cintura, pero no pasará mucho tiempo cuando yo te diga que eso no es suficiente.
Espero que bajes tus calorías y aumentes el ejercicio, te presionaré hasta el límite, y tienes que aceptarlo pues ¡no puedes desafiarme! Muy pronto estaré contigo siempre. Estoy ahí cuando despiertas en las mañanas y corras hacia la báscula. Los números se convierten en amigos y enemigos al mismo tiempo, estaré en las desesperadas oraciones que haces para que los números sean más bajos que ayer, que anche que antes. Miras a través del espejo con consternación. Te tocas y presionas sobre lo gordo que ves y sonríes cuando sientes hueso en vez de grasa, estoy ahí cuando planificas tu día: 400 calorías, 2 horas de ejercicio. Yo soy la figura que ves porque mis pensamientos y los tuyos ahora esten juntos, se ven como uno solo.
Te seguiré a través del día. En la escuela, cuando tu mente divague, te daré algo en que pensar. Recontar las calorías del día. Son muchas. Llenaré tu mente con pensamientos de comida, peso, calorías y cosas que sean seguras de pensar. Porque ahora, ya estoy adentro de ti, soy tu cabeza, tu corazón y tu alma. El dolor que te da el hambre que pretendes no sentir, soy yo, dentro de ti.
Muy pronto no solo te diré que hacer acerca de la comida sino que hacer todo el tiempo. Si sonreír o no. ¡Preséntate bien! ¡Sume esta panza, maldita sea! ¡Dios, no eres más que una bola de grasa! A la hora de la comida ven y yo te diré que hacer. Haré que un plato de lechuga se vea como un festín digno de un rey. Juega con la comida, haz parecer que estuviste comiendo algo. No comas nada, si comes, perderás todo el control. ¿Quieres eso? ¿Regresar a ser la gorda que eras antes? Te forzaré a ser una modelo de revista. Esas perfectas tan delgadas, dientes blancos modelos de perfección en esas páginas. Te hago comprender que no podrás ser como ellas. Siempre serás una gorda y nunca podrás ser tan bonita. Cuando te veas al espejo, distorsionare la imagen, te mostrare obesa y hedionda, te verás como un luchador de sumo cuando en realidad eres un niño hambriento. Pero no debes saber esto, porque si sabes la verdad, comenzarás a comer de nuevo y nuestra relación se vendrá abajo.
A veces cuando te rebeles que espero no muy seguido, seguirás un pequeño pedazo de rebeldía que queda en ti y te aventurarás hacia la oscura cocina. La puerta de la alacena se abrirá lentamente, crujiendo suave. Tus ojos miraran de un lado a otro viendo toda esa comida de la que te mantuve lejos y a salvo. Encontrarás tus manos tratando de alcanzar, apáticamente, como una pesadilla, en la oscuridad la caja de galletas. Te abalanzarás sobre ellas, mecánicamente, no las saboreas simplemente gozas el hecho que te estás rebelando en mi contra. Buscas otra caja, y otra y otra más. Tu estómago se vuelve abultado y grotesco, pero no paras. Y todo el tiempo estoy gritando que pares, gorda, realmente no tienes autocontrol, te volverás gorda.
Cuanto todo termine te aferraras a mí, buscando un consejo porque realmente no quieres engordar, rompiste una regla muy importante y comiste, y ahora me quieres de regreso. Te forzare ir al baño, te pones de rodillas frente a la taza de baño vacía. Tus dedos serán insertados en tu garganta y no sin tener dolor, tu comida comenzara a salir.




CARTA DE MÍA
 
Querido príncipe:
Hola imperfecto. ¿Cómo has estado? Seguramente no lo has pasado nada bien, con esas lonjas nunca vas a poder estar a gusto.
Me presento formalmente, mi nombre es Bulimia, los médicos son más respetuosos y me llaman Bulimia Nerviosa, es probable no te agrade mi nombre, por si no lo sabes significa hambre de Buey, así que mejor llámame Mía, porque a partir de ahora me entrego a ti y seré tuya siempre que me necesites.
Toda tú vida has sido un cerdo, devorar la comida es lo que mejor sabes hacer y no te culpo, el común de los mortales lo hace, sin embargo tú no quieres ser como ellos, anhelas ser especial, perfecto.
Te preguntarás como empieza nuestro juego, realmente es algo muy sencillo...
Has comido, al principio puede ser poco, sin embargo tú no deseas sentir tú cuerpo pesado; te da una culpa tremenda, sabes que ahora lo has echado todo a perder, sientes una ansiedad diabólica y en un segundo terminas con toda la comida que encontraste a tú paso. ¡¡LA MALDITA GULA ES UN PECADO Y TÚ ERES UN JODIDO PECADOR!!
¡YO SOY TÚ PENITENCIA! una acción imperfecta, pero purificadora... Un camino a la santidad de la perfección. Después de tú error, nos encontraremos en el cuarto de baño, se discreto... no queremos que nadie sospeche acerca de nuestra aventura.
Ya estás a solas, vigila que nadie nos escuche, porque lo que vendrá a continuación es todo un ritual digno de reyes. Te pondrás frente al escusado y poco a poco penetrarás con el dedo a tú garganta. Sentirás asco, asfixia, tal vez un poco de dolor. Eso no importa, soy yo que estoy viniendo a salvarte, poco a poco tus culpas se irán, regresarás cada pedazo, todo lo que entró tiene que salir, inténtalo, al principio será difícil, pero poco a poco dominarás este arte.
No puedo exigirte demasiado aun eres solo un aprendiz. Con el tiempo estos ataques serán constantes ya que te gusta rebelarte contra el mundo tragando como buey. No puedes liberarte del estrés laboral, escolar y familiar, de lo único que te puedes liberar sin complicaciones es de la puta comida.
En menos de lo que te imaginas no reconocerás la diferencia entre lo dulce y lo salado, dentro de tú locura comerás hasta lo que cayó al piso, saldrás de tú casa en busca de tus golosinas preferidas, si no tienes plata robar te será necesario y si te has cansado de vomitar, un laxante será tú salvación. No importa cuánto te denigres, conmigo a tú lado volverás a ser el mismo de siempre, con el tiempo te haré perfecto, ligero y admirable.
Debo advertirte que soy una amante muy caprichosa, es probable que después de pasar mucho tiempo juntos no tengas que llamarme para que yo aparezca, te consumiré poco a poco, quizás te hare perder el cabello, la dentadura, tendrás heridas en las manos, desgarrare tú garganta y tú sangre será el más preciado regalo que ofrendarás a mí. Ahora tú serás mío y no permitiré que nadie más quiera acercarse a tú, te daré un aliento de los mil demonios y unas ojeras que reflejen a la muerte, es un pequeño precio a pagar a cambio de todo el placer que te ofrezco. ¿Quieres jugar?

Sinceramente Mía