Es totalmente
incorrecto afirmar que las familias son la causa de un trastorno alimenticio.
No obstante, determinadas características familiares, junto con factores
individuales de la persona enferma y factores sociales pueden predisponer a una
persona a sufrir este tipo de trastorno.
Factores familiares de
predisposición:
Modelo de dinámica familiar: clima tenso, agresivo,
distante, poco afectuoso, sobreprotector.
Preocupación excesiva por el peso y las dietas en el
padre o la madre.
Obesidad de algún miembro de la familia. Para el
tratamiento de estas enfermedades es indispensable contar con la colaboración
de la familia.
El camino que lleva a comprender esta enfermedad
siempre es largo y doloroso, y es necesario para poder ayudar a curarla.
Los llamados grupos de padresayudan a la familia de los enfermos a comprender la enfermedad de
las hijas, porque comparten sus experiencias con otras personas con la misma
situación.
Al principio los
padres buscan información sobre la enfermedad de las hijas y buscan soluciones
a determinadas conductas, y los otros padres pueden ayudar con sus
experiencias.
El objetivo básico de
estos grupos es formar a los padres para que sean elementos terapéuticos.
No te gusta tu cuerpo, desearías pesar menos y has decidido ponerte a
dieta. Intentas cumplirla pero te ves incapaz. Todas las semanas
sientes un ansia irrefrenable por comer y lo haces de forma
descontrolada, cuando empiezas tienes la sensación de que no puedes
parar. Normalmente durante esos episodios ingieres los alimentos
hipercalóricos que te prohibes comer en tu dieta. Cuando terminas te
sientes hinchada, te duele el estómago y sobre todo no puedes parar de
pensar en la posibilidad de engordar.
Para evitar lo que temes, te
provocas el vómito, o haces ejercicio físico extenuante, o decides
ayunar... Piensas que si no estás delgada, eres menos valiosa como
persona.
Si te has sentido identificada con el párrafo anterior, es posible
que tengas un trastorno de la conducta alimentaria que se conoce como
“bulimia nerviosa”.
La bulimia nerviosa es otro trastorno de la conducta alimentaria
definido por la presencia de episodios de sobre ingesta compulsiva y
descontrolada, durante los cuales se eligen alimentos altos en calorías y
se consumen en un espacio muy corto de tiempo. Para evitar la ganancia
de peso o compensar lo ingerido, la persona pone en marcha conductas
compensatorias, como el vómito auto inducido. Estos episodios aparecen
como media 2 veces por semana, desde hace 3 meses. La auto evaluación
que hace la persona de sí misma se ve afectada por la silueta corporal.
Las conductas de
riesgo son las que si se hacen con una cierta regularidad pueden acabar con la
aparición de una bulimia nerviosa. Si se observan algunos de estas
conductas en algún familiar o compañero hay que advertirle del riesgo de sufrir bulimia:
Se tiene mucho interés por todo lo que está relacionado con el mundo
de la moda, las modelos o bailarinas de ballet.
Excesiva preocupación por el orden, y aumento en las actividades de
limpieza en casa y hacia el estudio.
Hacer comentarios frecuentes sobre el peso, las tallas, el aspecto
físico y la alimentación.
Preocuparse en exceso cuando otras personas le hacen algún comentario
sobre el aspecto físico.
Considerar que el aspecto físico tiene mucho valor como medio para
conseguir el éxito en cualquier área de la vida.
Detección precoz de la
patología
Engañar a los demás sobre su alimentación y conductas de purga.
Nerviosismo a las horas de comer.
Desaparición de comida de la cocina.
Aparición de comida escondida en el bolso o en diferentes lugares de
la habitación.
Ir al lavabo al final de las comidas con excesiva frecuencia.
Cambios del estado de ánimo o de carácter (depresión, irritabilidad).
Distanciamiento de los amigos y familiares.
Se evita ir a lugares públicos donde haya comida.
Signos
fisiológicos
Irritación crónica de la garganta y/o pérdida de los dientes
provocados por la autoinducción repetida de vómitos.
Dolor muscular y fatiga.
Oscilaciones de peso (5 ó 10 kg arriba o abajo en poco tiempo).
Pequeñas rupturas vasculares bajo los ojos.
Inflamación de las parótidas.
Cambios de actitud
Modificaciones del carácter: depresión, sentimiento de culpa,
tristeza, sensación de descontrol...
Estricta autocrítica.
Necesidad de recibir la aprobación de la otra gente.
Para alumnos de entre 14 y 16 años en centros educativos
Estos Talleres de Prevención de Trastornos Alimentarios es una iniciativa de las Consejerías de Empleo, Mujer e Inmigración, Sanidad y Educación en colaboración con la revista Cosmopolitan que pretenden prevenir la anorexia y la bulimia entre los adolescentes de la región a través del fomento de su autoestima. En total se van a impartir 25 de estos talleres para alumnos de entre 14 y 16 años de los centros educativos de 13 localidades.
Los talleres, de 90 minutos de duración, serán impartidos por un equipo de psicólogos especializados que incidirán sobre la autoestima de los menores, en centros educativos de los municipios de Alcorcón, Boadilla del Monte, Brunete, Collado Villalba, Colmenar Viejo, Griñón, Las Rozas, Parla, Pozuelo de Alarcón, Torrejón de Ardoz, Tres Cantos y Madrid.
A lo largo de la sesión los profesionales analizarán, entre otros aspectos, cómo afrontar el miedo de los jóvenes a la necesidad de ser brillante para ser aceptado por los compañeros y propiciarán actitudes que favorezcan y fortalezcan la autoestima de los adolescentes y les permitan abordar las relaciones sociales saludables.
Tras la charla, en la que participarán los alumnos, los psicólogos entregarán a los profesores de los centros educativos información sobre el teléfono de atención gratuita sobre nutrición y trastornos alimentarios que ha puesto en marcha la Consejería de Sanidad y una guía de los recursos de los que dispone la Comunidad para el tratamiento de estos trastornos.
A principios de 2007, el Gobierno regional estableció el Pacto Social de la Comunidad contra los trastornos alimentarios. Este acuerdo, suscrito por todas las consejerías con competencias en la materia y rubricado por más de 200 entidades públicas y privadas, impulsa y coordina las distintas actuaciones dirigidas a prevenir estos trastornos y sensibilizar a la sociedad madrileña sobre su gravedad a través de iniciativas como estos talleres.
Factores socioculturales
Hay una importante presión de la sociedad que induce a los jóvenes a estar delgados y esbeltos. Son muchos los factores que influyen: Medios de comunicación, moda, presión de las industrias dedicadas a la fabricación de productos light, asociación de estar en forma a estar delgado... Los medios de comunicación, especialmente la televisión, venden la idea que estar delgado va asociado a felicidad, éxito= laboral, éxito en las relaciones sociales, belleza, juventud y una mejor calidad de vida.
¿Cómo se asocian estos objetivos con la disminución de peso?
La imagen que dan los anuncios publicitarios, las series irreales de televisión sobre la mujer es de "superwoman": tiene que tener un cuerpo perfecto, una carrera profesional perfecta, un matrimonio perfecto y ser la madre ideal. Todo ello, ligado a la asociación de que este "éxito" se debe a estar delgado, lleva a algunas mujeres a iniciar dietas restrictivas que pueden derivar en enfermedades de caracter alimentario.
Factores individuales
Aunque no puede predecirse quién se verá afectado por esta enfermedad y quién no, hay unos rasgos característicos de las personas que la sufren.
Problemas para ser autónomo. Algunas personas no son capaces de "funcionar" sin el apoyo de su familia o alguna persona que les sirva de modelo. Así, situaciones como cambios de colegio, de trabajo, de pareja... pueden llevar a una pérdida de autonomía que a veces se compensa mediante un control excesivo de la dieta.
Miedo de madurar. La mayoría de personas desarrollan estos trastornos durante la adolescencia. Ésta es una época de numerosos cambios sexuales, físicos, emocionales y de maduración. Durante la adolescencia el pensamiento es abstracto, idealizado y radical y esto implica un temor a convertirse en adultos.
Déficit de autoestima. La autoestima puede definirse como el conjunto de ideas que se tiene sobre uno mismo. Las mujeres presentan con más frecuencia niveles bajos de autoestima, que suelen ir asociados a la aprobación de los demás y la apariencia externa. Esto va ligado al peso y a la figura, es decir a la alimentación.
Perfeccionismo y autocontrol. Las personas que sufren trastornos alimenticios piensan que quien no sea perfecto no llegará a ser alguien. Creen que una manera de conseguirlo es tratar con rigidez su cuerpo.
Factores genéticos La existencia en una familia de un miembro con un TCA multiplica entre 2 y 20 veces el riesgo de padecerlo a cualquiera de sus miembros.
2. Factores precipitantes:
Pubertad (cambios físicos y psíquicos), dietas restrictivas, ejercicio físico excesivo, mala valoración del cuerpo, insatisfacción personal, situación personal estresante, trastornos emocionales, anorexia nerviosa previa (en el caso de la bulimia).
3. Factores perpetuantes:
Ciclo atracónconductas de purga.
Reaparición de la ansiedad.
Otras conductas anómalas (abuso de substancias, autolesiones).
Cómo decir que me parte en mil
las esquinitas de mis huesos,
que han caído los esquemas de mi vida
ahora que todo era perfecto.
Y algo más que eso,
me sorbiste el seso y me decían del peso
de este cuerpecito mío
que se ha convertío en río.
de este cuerpecito mío
que se ha convertío en río.
Me cuesta abrir los ojos
y lo hago poco a poco,
no sea que aún te encuentre cerca.
Me guardo tu recuerdo
como el mejor secreto,
que dulce fue tenerte dentro.
Hay un trozo de luz
en esta oscuridad
para prestarme calma.
El tiempo todo calma,
la tempestad y la calma,
el tiempo todo calma,
la tempestad y la calma.
Siempre me quedará
la voz suave del mar,
volver a respirar la lluvia que caerá
sobre este cuerpo y mojará
la flor que crece en mi,
y volver a reír
y cada día un instante volver a pensar en ti.
En la voz suave del mar,
en volver a respirar la lluvia que caerá
sobre este cuerpo y mojará
la flor que crece en mi,
y volver a reír
y cada día un instante volver a pensar en ti.
Cómo decir que me parte en mil
las esquinitas de mis huesos,
que han caído los esquemas de mi vida
ahora que todo era perfecto.
Y algo más que eso,
me sorbiste el seso y me decían del peso
de este cuerpecito mío
que se ha convertío en río.
de este cuerpecito mío
que se ha convertío en río.
Siempre me quedará
la voz suave del mar,
volver a respirar la lluvia que caerá
sobre este cuerpo y mojará
la flor que crece en mi,
y volver a reír
y cada día un instante volver a pensar en ti.
En la voz suave del mar,
en volver a respirar la lluvia que caerá
sobre este cuerpo y mojará
la flor que crece en mi,
y volver a reír
y cada día un instante volver a pensar en ti.
La bulimia es la ingesta excesiva de alimentos que después se intentan compensar con conductas anómalas como vómitos, abuso de laxantes y diuréticos, o dietas restrictivas intermitentes lo que se acaba convirtiendo en una costumbre que modifica la conducta de la persona enferma.
La bulímia nerviosa está ligada al sexo femenino: un 90-95% de las personas afectadas son mujeres y la edad de aparición suele estar entre los 18 y 20 años, y muchos casos provienen de una anorexia mal cuidada.
La OMS (Organización Mundial de la Salud) ha clasificado la anorexia y la bulimia como trastornos mentales y del comportamiento.
Es una enfermedad mental, ya que el temor a engordar y la falta de autocontrol sobre la alimentación, hace que los sentimientos y pensamientos determinen un estado anímico y mental que acaba en procesos depresivos.
Tipos de la bulimia:
Tipo purgativo. Durante el episodio de bulimia nerviosa, el enfermo se provoca el vómito con regularidad o abusa de laxantes, diuréticos o enemas. Tipo no purgativo. En este caso, para controlar el peso utilizan como mecanismos compensadores el ayuno y el ejercicio excesivo durante los días siguientes al atracón, pero regularmente no hay vómitos autoinducidos, abuso de laxantes, diuréticos o enemas.
Sintomas:
Hay diversas maneras de detectar la enfermedad, entre las cuales podemos destacar las siguientes:
Atiborrarse o comer descontroladamente, incluso durante periodos de dos horas.
Sensación de no poder parar de comer.
Hacer ayunos o dietas muy rigurosas, para compensar los excesos de comidas anteriores.
Provocarse vómitos que la persona enferma no reconoce.
Aspecto aparentemente saludable, cosa que hace más difícil detectar la enfermedad.
Abuso de laxantes y diuréticos.
Ir a menudo al WC después de comer.
Preocupación por el propio peso.
Menstruaciones irregulares.
Problemas con la dentadura.
Cambios de humor y depresiones fácilmente detectables.
Es totalmente incorrecto afirmar que las familias son la causa de un trastorno alimentario. No obstante, determinadas características familiares, junto a factores individuales de la persona enferma y factores sociales pueden predisponer una persona a sufrir este tipo de trastorno.
Preocupación excesiva por el peso y las dietas del padre o la madre.
Obesidad de algún miembro de la familia.
Para el tratamiento de estas enfermedades es indispensable contar con la colaboración de la familia. El camino que lleva a comprender esta enfermedad es siempre largo y doloroso, y es necesario para poder ayudar a curarla. Los denominados grupos de padres ayudan a la familia de los enfermos a comprender la enfermedad de sus hijas gracias a compartir sus experiencias con otras personas con la misma situación. Al principio, los padres buscan información sobre la enfermedad de las hijas y piden soluciones para determinadas conductas; los otros padres pueden ayudar con sus experiencias. El objetivo básico de estos grupos es formar a los padres para que sean elementos terapéuticos.
Desde hace algún tiempo no te sientes a gusto con tu cuerpo, has pensado que si adelgazaras te encontrarías mucho mejor contigo misma y el resto de las cosas irían mejor. Empezaste eliminado de tu alimentación el pan, los dulces, los postres caseros..., hasta llegar a comer a penas un plato de verduras, un yogur o una fruta. Has llegado a tomar laxantes, has realizado ejercicio físico excesivo o incluso has vomitado en alguna ocasión. A pesar de estar adelgazando y que la ropa te quede grande, te sigues viendo mal, desearías continuar perdiendo peso. No comprendes porqué la gente de tu alrededor está preocupada. La idea de engordar te atemoriza, asocias la delgadez con la felicidad o con el éxito social y personal. Últimamente has notado que la menstruación se te ha retirado.
Si te has sentido identificada con el párrafo anterior, es posible que tengas un trastorno de la conducta alimentaria que se denomina “anorexia nerviosa”.
La anorexia nerviosa se caracteriza por una pérdida de peso significativa, que es producto de una decisión voluntaria. Para conseguir este objetivo se recurre a una dieta estricta y/o al uso de purgas. A pesar de que la persona está adelgazando, siente un miedo intenso a engordar. Distorsiona las medidas de determinadas partes de su cuerpo. Su autoevaluación está influenciada por su peso. Presenta amenorrea, retirada de la menstruación. En los varones puede aparecer una disminución del deseo y/o de la potencia sexual.
Las conductas de riesgo son las que si se realizan con cierta regularidad pueden acabar con la aparición de una anorexia nerviosa. Si se observan algunas de estas conductas en algún familiar o compañero es necesario advertirle del riesgo de sufrir anorexia:
Modificar las costumbres alimentarias.
Seguir dietas restrictivas.
Reducir la cantidad de comida.
Saltarse las comidas.
Evitar de forma continuada tomar ciertos alimentos (por ejemplo, dulces).
Consumir productos bajos en calorías o ricos en fibra.
Usar diuréticos y abusar de laxantes.
Realizar ejercicio físico para perder peso.
Vomitar.
Presencia de atracones en las últimas semanas.
Preocuparse de forma excesiva y frecuente por el cuerpo o la figura.
Pesarse con frecuencia.
Mostrar un interés exagerado por la publicidad sobre productos adelgazantes.
Signos fisiológicos
Pérdida de peso en un periodo breve.
Pérdida o irregularidades en la menstruación.
Palidez, caída de cabello, sensación de frío, dedos azules.
Debilidad y mareos.
Cambios de actitud
Cambios de carácter (irritabilidad, ira).
Sentimientos depresivos, inseguridad respecto su capacidad.
Sentimientos de culpa por haber comido o haberlo dejado de hacer.
Muere la modelo Isabelle Caro, protagonista de una polémica campaña contra la anorexia
La francesa Isabelle Caro, que saltó a la fama en 2007 al protagonizar desnuda una campaña contra la anorexia del siempre controvertido fotógrafo Oliviero Toscani, falleció el pasado 17 de noviembre, tras pasar dos semanas hospitalizada por una neumopatía (una enfermedad pulmonar), según ha informado la prensa gala, que cuenta que murió en un hospital en Tokio. Tenía 28 años.
Hace tres años, Caro, que medía 1,64 metros y pesaba sólo 31 kilogramos, accedió a posar para Toscani -antiguo fotógrafo de la casa Benetton- para advertir sobre los peligros de la anorexia. Sus imágenes, en la que se veía al natural su cuerpo extremadamente delgado, causaron tal revuelo que la campaña dio la vuelta al mundo y se prohibió en toda Italia.
Caro publicó en 2008 una autobiografía titulada 'La pequeña niña que no quería ser gorda'. Desde los 13 años luchaba contra la anorexia, una enfermedad que la consumía, que le hacía sentir asco de sí misma, que le había convertido en una anciana prematura, como ella misma confesó.
El aspecto que presentaba para la campaña no era, ni mucho menos, el peor que había tenido. De hecho, estaba recuperándose, después de algunas estancias en hospitales y de haber llegado a pesar tan sólo 25 kilos. Cuenta que una infancia difícil y sus ganas de ser actriz y de tener un cuerpo perfecto para no ser rechazada la impulsaron a la anorexia.
"Lamentablemente no tengo buenos recuerdos de Isabelle Caro, una niña muy enferma, más en la mente que en el cuerpo", ha explicado Toscani, el fotógrafo que la hizo famosa, tras enterarse de su fallecimiento, según el periódico italiano 'La Reppublica'.
Había llegado a los 42 kilos
"No sabía que había muerto", ha añadido Toscani, aunque no se ha mostrado muy sorprendido por la noticia. "La última vez que la vi fue en la presentación de un libro fotográfico con Monica Bellucci. No tuve ningún contacto más".
La noticia de su fallecimiento ha sido confirmada por el amigo de la modelo, el cantante suizo, Vicente Bigler. Con Bigler iba a grabar próximamente un vídeo musical sobre la canción titulada, paradójicamente, "Terminó", que habla del problema de la anorexia.
La joven había decidido retomar sus actividades públicas después de que anunciará a principio de año que había alcanzado los 42 kilos de peso. "Había recuperado parte de su peso y parecía mejorar. El anuncio de su muerte me ha sorprendido mucho", explicó el director Colin Schmidt.
Socioculturales
Hay una presión importante de la sociedad que induce a los jóvenes a estar delgados y esbeltos. Los medios de comunicación, especialmente la televisión, venden la idea que estar delgado va asociado a felicidad, éxito laboral, éxito en las relaciones sociales y una mejor calidad de vida.
¿Cómo se asocian estos objetivos con la disminución de peso? La imagen que dan los anuncios publicitarios y las series irreales de televisión sobre la mujer es de "superwoman": tiene que tener un cuerpo perfecto, una carrera profesional perfecta, un matrimonio perfecto y ser la madre ideal. Esto, sumado a la asociación de este "éxito" si se está delgado, lleva a algunas mujeres a iniciar dietas restrictivas que pueden derivar en una enfermedad de carácter alimentario.
Individuales
Aunque no se puede predecir quien se verá afectado por esta enfermedad y quien no, hay unos rasgos característicos de las personas que la padecen.
Problemas para ser autónomo. Algunas personas no son capaces de "funcionar" sin el apoyo de su familia o de alguna persona que les sirva de modelo. Así, en situaciones como cambios de colegio, de trabajo, de pareja, ... pueden llevar a una pérdida de autonomía que a veces se compensa mediante un control excesivo de la dieta.
Miedo a madurar. La mayoría de personas desarrollan estos trastornos durante la adolescencia. Ésta es una época de numerosos cambios sexuales, físicos, emocionales y de maduración. Durante la adolescencia el pensamiento es abstracto, idealizado y radical y esto implica un temor a convertirse en adultos.
Déficit de autoestima. La autoestima se puede definir como el conjunto de ideas que se tiene sobre uno mismo. Las mujeres presentan con más frecuencia niveles bajos de autoestima, que acostumbran a ir asociados a la aprobación de los otros y la apariencia externa. Esto va unido al peso y a la figura, es decir, a la alimentación.
Perfeccionismo y autocontrol. Las personas que sufren trastornos alimenticios piensan que quien no sea perfecto no llegará nunca a ser alguien. Creen que una manera de conseguirlo es tratar con rigidez a su cuerpo.
Genéticos La existencia en una familia de un miembro con un TCA multiplica entre 2 y 20 veces el riesgo de padecerlo a cualquiera de sus miembros.
2. Factores precipitantes:
Pubertad (cambios físicos y psíquicos), dietas restrictivas, ejercicio físico excesivo, mala valoración del cuerpo, insatisfacción personal, situación personal estresante, trastornos emocionales, anorexia nerviosa previa (en el caso de la bulimia).